La vitamina D y el sistema renina angiotensina
La vitamina D y el sistema renina angiotensina
Otra manera de contrabalancear el SRAA, en especial la ECA2, es mediante la administración de dosis adecuadas de Vitamina D.
Es así como, niveles más altos de alguna de las dos partes se asocian inversamente con niveles más bajos de la otra. Existe abundante evidencia que la administración de Vitamina D atenúa la actividad del SRAA a nivel circulante, pero más importante aún a nivel tisular e intracelular. De esta manera, atenúa la cascada inflamatoria que la mayor actividad del SRAA favorece.
La vitamina D reduce la actividad de ECA y aumenta la actividad de ECA2 que tiene efecto protector a nivel pulmonar, restituyendo el balance ECA/ECA2. Restablecer este balance mediante la administración de vitamina D parece clave para reducir eventos respiratorios en modelos experimentales.
Los niveles bajos de vitamina D se asocian a incremento de las infecciones respiratorias y en ensayos clínicos controlados la administración de vitamina D también ha ejercido un efecto protector de infecciones en pacientes sin patología o con enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Se han publicado diferentes ensayos y su revisión sistemática a través de metaanálisis y en su mayoría refieren beneficios en la reducción de cuadros respiratorios, en varios de ellos con el suplemento de vitamina D por vía oral. Recientemente se han reportados también potenciales beneficios en las infecciones por el virus del Dengue
Ante esta devastadora epidemia para la cual carecemos de tratamientos efectivos, proponemos explorar el potencial efecto protector de dosis altas diarias de Vitamina D, que logren aumentar rápidamente los niveles sanguíneos y tisulares de la misma, con la intención de contrabalancear el SRAA y así mejorar la infección por el COVID-19, y sus complicaciones respiratorias.
La idea central de la propuesta de dar Vitamina D a la población general, particularmente a la más expuesta para lograr la elevación de los niveles sanguíneos y tisulares de la Vitamina D, puede generar un balance favorable de algunos componentes del SRAA y también de su propio efecto antiinflamatorio. Creemos que esta estrategia poblacional puede brindar alguna alternativa beneficiosa en la defensa contra el virus con prácticamente ausencia de efectos adversos, como se ha demostrado en la revisión de más de 76000 pacientes incluidos en ensayos controlados con el aporte de vitamina D.
Otra alternativa en la que estamos trabajando es en la elaboración de protocolos controlados con diferentes contextos de personas en riesgo o ya infectadas, evaluando aspectos fisiopatológicos y eventos clínicos.
No es un tratamiento que pueda matar los virus, tampoco la soñada vacuna que pueda evitar el contagio.
Pero el aporte de la vitamina D puede mejorar las condiciones de los pacientes para que puedan defenderse con mayores chances del COVID-19 y quizás también del Dengue y otros virus.
Mientras terminábamos de escribir el artículo, nos dimos cuenta de que afortunadamente no somos los únicos pensando esta dirección; existe un trabajo enviado en las últimas horas para su publicación y también sugerencias del ministerio de salud Ingles y editoriales en medios de comunicación internacionales de alto impacto sugiriendo esta alternativa.